2021. Pautas para un palomar
NemoArt Festival. Torre del Homenaje del Castillo de Priego de CórdobaConstruir, fundar y controlar.
En el año 1226 la fortaleza prieguense, de origen árabe, es conquistada por los castellanos y entregada a la Orden de Calatrava varios años después, quienes se encargaron de construir y fundar la Torre del Homenaje que vemos hoy día.
En 1502, una vez terminada la Guerra de Granada, los Reyes Católicos nombran primer marqués de Priego a Pedro Fernández de Córdoba, quien se instalará en el edificio y, tras el peligro de la contienda, pasará de ser una fortaleza militar a una residencia noble. Posteriormente en 1946 el XVI marqués de Priego y XVII duque de Medinaceli, Luis Fernández de Córdoba y Salabert lo vende a Victor Rubio Chávari para la creación de un silo que abastecería a la ciudad hasta 1971. En 1996 fue donado definitivamente a la Ciudad de Priego.
Durante los períodos de restauración que se han ido sucediendo se identifica una posible edificación que corresponde a un palomar, ubicado en el terrado de la Torre del Homenaje donde se encontró, entre otras cosas, un fragmento en yeso de uno de los nidales que enfoscaban las paredes y una moneda de ocho maravedíes, además del pavimento y cimentación originaria de esa estructura, que dan testimonio del uso de ese espacio para tal fin.
Pautas para un palomar es un proyecto ideado expresamente para NemoArt Festival 2022 que revisa los diferentes contextos históricos y sucesivos usos de la Torre del Homenaje del castillo de Priego de Córdoba.
Las mutaciones que pueden sufrir algunos edificios considerados como “arquitecturas mayores” y que portan consigo una idea de permanencia y quietud, se desvanecen en ocasiones si se revisa su historia. El cambio de estos edificios están supeditados a las necesidades y los poderes de su propio contexto. Por lo tanto estas construcciones sólidas, tanto formalmente como conceptualmente, ocultan algunas “grietas” que hacen posible múltiples convivencias o situaciones que cuestionan lo que entendemos como la grandeza de unas categorías de lugares con gran ambición de ser y significar.
Las ideas y adjetivos que porta consigo el águila, muy recurrente dentro del mundo de la heráldica y presente en el escudo de los Fernández de Córdoba; y las palomas, vistas como algo repudiado y entendidas como un agente anti monumental colisionan dentro de esta muestra trastocando símbolos, materiales y formas para componer unas nuevas normas con las que pensar un lugar.
El águila se disfraza de paloma y la paloma se atavía de águila.
Fotografías de Rafael Blanco.
Pauta I (perfil). Metal y huevo de paloma de plástico. 2,90 x 22 cm.
Pauta II (Hohenlohe-Langenburg). Ladrillos, escayola, excrementos de paloma y moneda. 42,5 x 29 x 17 cm.
Pauta III (100 patas). Anillas de pie de pájaro numeradas. Medidas variables.